Las molestias
dorsales están entre las afecciones más
frecuentes. La higiene postural, la prevención y
el consejo médico son sus principales remedios
Caminar
erguido tiene un alto coste, y eso lo sabemos
muy bien todos los humanos porque a todos, en
algún momento de nuestra vida, nos ha dolido la
espalda. A menudo es una consecuencia del
estrés, las tensiones y, especialmente, el
sedentarismo y las malas posturas propias de la
vida moderna.
Pese
a ser uno de los dolores más comunes en todas
las personas, pocos afectados le atribuyen la
importancia que tiene, lo que conduce a que se
pospongan soluciones para tratarlo, eliminarlo y
evitar su reaparición siempre que sea posible.
El dolor
de espalda es el dolor mecánico que afecta al
aparato musculoesquelético, es decir, a los
músculos y vértebras. Dependiendo de su
localización, se denomina cervicalgia, cuando
afecta a las vértebras cervicales; dorsalgia, si
afecta a las dorsales; y lumbalgia, si se
localiza en las lumbares, en la parte inferior
de la columna. Pero, además, este dolor puede
tener su origen en problemas estructurales de la
columna, como una desviación (escoliosis), el
desgaste de los huesos (artrosis) o las hernias
en los discos (almohadillas que se hallan entre
las vértebras). En la mayoría de ocasiones su
origen es un problema mecánico
músculo-esquelético, aunque se trata de un
síntoma que no es característico de una
enfermedad, sino indicador de varias. Por tanto,
puede ser también el reflejo de un cólico de
riñón, un problema digestivo, endocrino o
ginecológico, entre muchos otros.
En el
diagnóstico del dolor de espalda hay que tener
en cuenta que una radiografía no siempre revela
la presencia de un daño estructural, como la
escoliosis, la artrosis o las hernias. Incluso
se da el caso de que en muchos pacientes se han
constatado estos daños pero, en cambio, no hay
dolor en la espalda. Por esta razón, intentar
buscar una causa estructural del dolor en las
radiografías se considera un concepto antiguo
por parte de los clínicos. En caso de duda, en
la actualidad se tiende a prestar mayor atención
a los síntomas que describe el paciente que a la
información de las placas radiológicas.